Os imagináis el compromiso de un equipo, sin que exista el compromiso individual de cada uno de sus miembros, y si la responsabilidad viene después del compromiso, lo mismo, no existe responsabilidad colectiva sin la responsabilidad individual previa.
Imaginemos un grupo, pongamos por ejemplo y ahora que está en boga, el Barça de Pep Guardiola, ¿Cómo consiguen los éxitos? , ¿Qué hace el entrenador?, ¿Cuál es la preocupación del entrenador? Si el grupo funciona y consigue los resultados es porque está comprometido como equipo y por ello puede ser mejor que la suma de sus individualidades. Evidentemente el compromiso del grupo hace que se sientan responsables de su trabajo como jugadores para poner el juego del equipo por delante, como primer criterio de actuación. Todo ello no sería posible sin el compromiso previo y su consecuencia la responsabilidad individual de participar con este objetivo del conjunto marcado por el entrenador.
Por supuesto el equipo cuenta con grandes figuras, de todos conocidas, a su vez incluye otros jugadores que los hace mejores gracias al conjunto del equipo. Todos ellos podrían poner sus intereses por delante de los intereses del equipo, entonces, ¿dónde estaría el compromiso con el objetivo?
En todas las ruedas de prensa previas a los partidos, Pep Guardiola, anuncia que no hay que confiarse, que todos los partidos tienen su dificultad y no da por descontada la victoria. O sea que invita al equipo a luchar para ganar de nuevo.
Se puede traducir este comportamiento en las empresas y organizaciones, ¿Por qué no?, ¿Quién lo impide?, ¿Qué hace falta para que esto ocurra?, ¿Qué tenemos que hacer?, ¿Qué tenemos que aprender y desaprender?
Por supuesto, hace falta voluntad y un liderazgo reconocido, para lograr que individualmente, cada uno del equipo se identifique con el objetivo común, con la parcela del objetivo que le atañe a su departamento y actividad. Con la identificación se logra el compromiso y por consiguiente la responsabilidad para actuar acorde aquel objetivo. Si esto se logra individualmente y hablamos del mismo objetivo, podemos advertir que del compromiso individual nacerá el colectivo y por consecuencia la responsabilidad como equipo para conseguir aquello que queremos. La responsabilidad colectiva, va hacer que el conjunto sea mejor que la suma de las individualidades, por buenas que sean, igual que en el Barça de Pep Guardiola.
El equipo de una empresa u organización no es diferente del equipo de fútbol, cada uno tiene su tarea, entre ellos se ayudan, cada uno con su responsabilidad dentro del equipo. En una empresa, así puede actuar el equipo directivo, y también cada uno de los departamentos o secciones.
Os invito a intentarlo, es posible. Tenemos un ejemplo público y hay otros muchos, de empresas que funcionan y están ahí ofertándonos productos y servicios.