– Hola, ¿cómo estamos?
– Hola, aquí para escucharte
– Sí, sí ven a mi despacho, ¿quieres un café?, – sí, gracias uno solo, ¿me acompañas?, sí, claro, por la mañana lo necesito.
– ¿conoces nuestra empresa?
– Ya sabes, hoy con internet, todo es más visible, pero seguro que allí no está escrito ni se ve lo que quieres hablar conmigo
– Claro, las preocupaciones no las publicamos
– Y, ¿cuáles son estas preocupaciones?
– Nuestra empresa está creciendo y hemos logrado salir de la crisis. Sin exaltarnos, estamos al principio, pero no sé si podemos continuar creciendo con los que somos
– ¿qué quieres decir?, los que sois ¿en cantidad o en preparación?
– Las dos cosas, para crecer necesitamos más gente preparada y los directivos veteranos veo que no dejan paso a los nuevos. Consideran suyo lo que han hecho hasta ahora y más durante estos años de contención, piensan que nadie debe vivir de las rentas de su trabajo y menos con solo llegar, aunque vengan más formados. Hemos intentado con un par y al cabo de unos meses se han ido. Lo único que se han atrevido a comentarme es que no hay espacio para ellos.
– ¿Qué es lo que te preocupa?
– Hacerles entender que deben ceder el paso, y cada vez que lo intento, sólo hacen que ponerme trabas.
– Trabas, ¿Qué tipo?
– Se quejan, piensan que van a perder poder, que la empresa está donde está por su trabajo, yo les digo que comprendo y ahí empiezo a fallar y me ganan. Me canso de escucharles y no me quedan energías para hacerles ver de la necesidad que tenemos.
– ¿Cómo ves tú situación ideal?
– Buena pregunta, por un lado los comprendo muy bien, ellos han estado a las duras y a las maduras, cuando les hemos pedido sacrificios, los han hecho sin rechistar. No niegan su falta de actualidad formativa, sin embargo ahora ven que su sacrificio da frutos y quieren aprovechar y recuperar el tiempo y el dinero. Para mí hay espacio para todos, los jóvenes aprenderán rápido de los más antiguos en la empresa. Este rápido aprendizaje nos permitirá aprovechar las oportunidades que nos aparecen y buscamos, más deprisa.
– ¿Volverías a contratar, entusiásticamente, a tus colaboradores más directos?
– Uf!!!, en general sí, ahora con las trabas que me ponen, me canso, la verdad. Quizás no sé explicarles bien a dónde quiero ir, y todo lo que podemos hacer, tienen mucho trabajo con el día a día y no quieren ni oír hablar de nuevos proyectos y oportunidades.
– ¿Conoces las 4 Reglas de Ejecución para realizar proyectos nuevos en medio de la vorágine? Tratar algún proyecto de futuro como algo muy importante y trabajarlos en medio de la vorágine.
– No, no las conozco, ¿y esto, es posible?, no me lo imagino
– Bueno, no es evidente, pero si realizable, en realidad las empresas que progresan lo hacen continuamente. De esta manera se crea otro ambiente, y ahí cabrían los nuevos ejecutivos y los veteranos juntos, toda una metodología. El reto es enorme, agrupa y focaliza a la empresa, sirve, también, como catalizador para avanzar. Hace falta tu compromiso para darle solidez al proyecto.
– Espera, espera! quizás debemos hablar con más detalle, todo esto que me dices, ¿me ayudas?, me urge tratar estos temas cuanto antes.